El siervo fiel está dispuesto y preparado, es diligente, perseverante, vigilante y cuidadoso.
Tiene la actitud de cuidar de las personas puestas bajo su responsabilidad.
Por el contrario, el siervo infiel es descuidado, improductivo y abusa de sus consiervos, aprovechándose de ellos y quitándoles lo que es suyo.
La recompensa del siervo fiel es la aprobación, el reconocimiento y el respeto de su señor, mientras que los siervos infieles serán castigados con severidad.