Conviene que recordemos que todo lo que somos o hacemos se lo debemos a Dios.
Por ello, no tengas temor si las cosas en las que confiabas se desmoronan a tu alrededor. Si sigues fiel a Dios, Él será tu roca y tu salvación.
Y para ello nada mejor que aferrarte a su Palabra y vivirla cada día.
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