La vida espiritual se edifica sobre la fe, y la fe se edifica sobre la Palabra de Dios y sobre la obediencia a ella.
Por ello hagámonos las siguientes preguntas:
- ¿Estamos buscando la voluntad de Dios para nuestras vidas?
- ¿Estamos consagrando nuestra vida para Dios?
- ¿Entendemos que hemos de vivir apartados del pecado?
- ¿Vivimos una vida de reverencia ante Dios?
- ¿Reflejamos el amor de Dios amando a Dios y a los demás?
Como nos recuerda el apóstol Pablo: «para mí el vivir es Cristo».