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Las nuevas tecnologías están ayudando mucho a unir a las personas. Sin embargo, esas mismas tecnologías están colaborando en la generación de dos nuevos tipos de huérfanos: Los huérfanos digitales tecnológicos y los huérfanos digitales emocionales.

 

No seré yo quien diga que las nuevas tecnologías de la comunicación son malas, porque todo lo que sirva para unir a las personas es, desde mi punto de vista, positivo.

La cuestión está en el uso que algunos y algunas hacen de esta tecnología.

Así que conozcamos mejor a estos dos nuevos tipos de huérfanos.

Según la RAE, huérfano es:

«Dicho de una persona menor de edad: A quien se le ha puerto el padre y la madre o uno de los dos«

Aunque quizá se ajuste mejor la definición de la Wikipedia de lo que significa la orfandad:

«Abandono, estado en que quedan los hijos por la muerte de sus padres o de uno de los dos. A pesar de vivir con su familia, se considera huérfano aquel que está descuidado, abandonado y que no puede valerse por si mismo para remediar su abandono o falta de compañía y cariño».

El huérfano digital tecnológico

El primer tipo de nuevo huérfano es el tecnológico. Es aquel niño, jóven o adolescente que se enfrenta a las nuevas tecnologías sin que sus padres ejerzan su labor de tutela y guía.

Suben imágenes o contenidos a Internet sin ningún tipo de cortapisa. Piensan que como es algo «virtual» no les va a dañar.

En caso de problemas creen que con cerrar la sesión o borrar la imagen todo se habrá acabado. Pero no es así.

Subir cualquier tipo de contenido supone que los mismos quedan a disposición de una gran cantidad de gente.

Algunos contenidos pueden ser inofensivos, pero otros pueden generar problemas en el futuro, y aunque el autor los borre, puede que esos ya hayan corrido por diferentes muros.

Y eliminarlos puede ser muy problemático.

Las consecuencias están empezando a pasar ahora.

  • Los reclutadores de personal está investigando, cada vez más, en Internet para encontrar información sobre los candidatos y están apareciendo muchos «pecados de juventud».
  • Parejas que se rompen al descubrir algún punto oscuro en el pasado de alguno de ellos.
  • Indeseables que chantajean al incauto o incauta que subió un imagen subida de tono o inadecuada.
  • Pederastas que acosan a niños o niñas en las redes sociales.

Todo debido a que muchos padres desconocen los riesgos de Internet y algunos ni siquiera conocen el manejo de las aplicaciones.

Pero peor aún es el caso de los que sí conocen los riesgos, o los intuyen, pero no hacen nada. Y son bastantes más de lo que parecen.

Te dejo un enlace en el que encontrarás más información sobre los huérfanos digitales tecnológicos.

El huérfano digital emocional

El otro nuevo tipo de huérfano digital es el huérfano emocional.

Se llaman así porque sus padres están más ocupados con el smartphone que en atender a sus propios hijos.

Es triste ver la cantidad de padres que salen con sus hijos a un parque y en lugar de estar jugando con ellos los sueltan como si fueran mascotas a las que sacan a pasear mientras ellos o ellas se dedican a responder al Whats App o repasar sus muros o sus e-mails.

Y todavía se puede empeorar más, dándoles tablets para que se entretengan solos, con lo que consiguen convertirle en un huérfano digital integral.

El mensaje que les transmiten a los hijos es que los «lejanos» son más importantes que los «cercanos».

Así, no es extraño que después las familias coman en silencio, cada uno a lo suyo con su teléfono inteligente y que las familias acaben disgregándose.

Lo cierto es que, al final, parece que la inteligencia se ha quedado solo en los teléfonos.

En uno u en otro caso, el resultado es que esos niños corren riesgos tanto ahora como luego en su vida adulta.

La solución

La Biblia nos alerta especialmente contra el riesgo de abandonar emocionalmente a nuestros hijos o de dejarlos a su suerte.

De hecho, podemos encontrar un gran número de pasajes en los que insta a los padres a cuidar e inculcar valores en los niños desde su más temprana infancia.

Por ejemplo: «Instruye al niño en su camino y aún cuando fuere viejo no se apartará de él» (Libro de Proverbios, capítulo 22, versículo 6)

Este pasaje nos muestra la gran importancia de guiar así como de enseñar valores como el respeto, la amistad, el cuidado mutuo, el amor, la fidelidad o la honestidad desde niño.

Porque esos valores les acompañarán el resto de su vida y les protegerán.

Pero recuerda que los niños aprenden mucho mejor lo que ven y experimentan que lo que oyen.

Así, que aparta un tiempo cada día para estar con ellos y vivir estas experiencias y dales ejemplo dejando el smartphone en silencio y estando, de verdad, con ellos.

 

Si deseas proteger a tus hijos de estos riesgos y conocer más de lo que la Biblia nos enseña al respecto te animo a que te pongas en contacto con nosotros y estaremos felices de poder ayudarte.

 

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Imagen por Charamelody en Flickr