Esta predicación nos insta a caminar y permanecer en la Gracia de Dios.
Recuerda que la Gracia no es algo que se gane o se merezca.
La Gracia es un regalo de Dios, y es que Dios no te ama más porque hayas podido hacer mucho ni te ama menos porque hayas podido hacer poco. Dios siempre te ama al máximo.
Por ello, cualquiera que sea tu situación acércate a Dios y obtendrás misericordia y gracia.
Y no menosprecies esa Gracia de Dios, ya que sólo a través de ella encontrarás acceso a Dios y al cielo.
Sigue el ejemplo de Cristo y vive en la Gracia de Dios.
Porque este mundo, la gente que te rodea, necesita conocer esa Gracia.