1ª Pedro 5: 5-9
«…Velad porque vuestro adversario, el diablo, anda como león rugiente buscando a quien devorar»
Hoy aprenderemos a tener en consideración a nuestro adversario, sin menospreciar sus acciones, para que no tome ventaja sobre nosotros, pero sin darle una preponderancia que no tiene.
Nuestro adversario puede venir contra nosotros de muchas maneras. Unas veces como león que ruge, otras como lazo silencioso, e incluso como alguien amistoso.
La mejor manera de protegernos es aprender a morir a nosotros mismos cada día, y vivir para Dios, en sus caminos y bajo su voluntad.