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Hoy aprenderemos cómo afrontar nuestra tendencia al pecado y la incitación al mismo, «porque la paga del pecado es muerte».

Un aspecto esencial para superar la tentación: Poner nuestros ojos en Cristo.
Nuestras propias fuerzas son limitadas, e Incluso en la propia iglesia vas a encontrar motivos para tropezar, pero en Cristo vas a encontrar, siempre, la verdad.

Segundo, recuerda que Dios está siempre en el trono y no hay nada que pase desapercibido para Él.
No pienses que tus pecados son demasiado pequeños o demasiado grandes. Todos te apartan de Dios, aunque para todos hay perdón en Cristo.

Así que pon tu confianza en Dios, en Él somos más que vencedores, y sigue fiel y firme tu camino.
Y si caes recuerda las palabras del apóstol Juan: «abogado tenemos para con el Padre en Cristo Jesús». Y no pierdas tiempo, sino preséntate pronto a solicitar perdón.