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¿Qué hago con mi vida? Esta es una pregunta que tarde o temprano todos nos hacemos.

Y no importa si eres un profesional de éxito en la cima de su carrera o si hace dos años que no encuentras trabajo, ni tampoco importa si tienes una familia estable, si no la tienes o si vas por tu cuarta relación «seria».

Lo cierto es que todos, en algún momento, tenemos la necesidad de encontrar un sentido a nuestras vidas.

Algo que haga que nos levantemos de la cama cada día porque merece la pena hacerlo.

Así que no es raro que la pregunta «¿qué hago con mi vida?» resuene alguna vez, o muchas, en nuestra cabeza.

Si ya has encontrado ese sentido a tu vida te felicito, pero si aún no lo has hecho, o si tu respuesta no te satisface plenamente, permíteme que te presente una alternativa que ha transformado la vida de muchas personas, incluida la mía: Jesús.

¡Otro charlatán que habla de Dios! ¡Venga ya, hombre! ¡Qué estamos en el siglo 21!

Puede, pero lo cierto es que encontrar el mensaje de esperanza del Evangelio ha supuesto un cambio real en nuestras vidas.

Nos ha dado un sentido, nos ha dado esperanza, nos ha dado fuerzas como ninguna otra opción previa lo había hecho.

Por eso, si ya has probado de todo y nada te ha terminado de convencer ¿por qué no te animas? En el peor de los casos vas a perder un par de horas de tu vida, pero ¿y si lo que encuentras es realmente la respuesta que buscabas?

Llámanos, escríbenos, visítanos o busca una iglesia cercana y pídeles que te hablen del Evangelio.

Cambiará tu vida.

 

Imagen cortesía de Bill Ohl en Flickr